lunes, 16 de noviembre de 2009

Defensor del Menor: imágenes en Internet



Creo que queda muy claro lo que nos puede pasar a cualquiera de nosotros si colgamos nuestras fotos en las redes sociales de la web, pero nuestros alumnos, de Primaria o de la ESO, no saben lo que les puee pasar.

Imágenes de nuestros alumnos en la web

Para concienciar a nuestros alumnos del problema que puede suponer colgar fotos personales en las redes sociales tipo Facebook, Flickr, Tuenti...

Nuestra obligación es hacerles ver que las fotos no sólo las ven sus amigos o amigas, sino que las pueden ver familiares, vecinos, conocidos y desconocidos, ... cualquiera.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Motivos para estudiar


Pues motivos hay muchos, cada uno tiene los suyos, pero el genial Bill Watterson, en sus tiras animadas de Calvin y Hobbes (sí, Calvin, el niño que habla con su tigre de peluche, Hobbes, y al que sólo él escucha) los expone así de claro en boca de Calvin:

jueves, 17 de septiembre de 2009

INICIO DEL CURSO 2009/2010

Empieza Septiembre y, después de guardar el bañador y la sombrilla, la esterilla y el bronceador, retomamos el curso escolar: unos para enfrentarse a los exámenes de Septiembre -los examinante y los examinandos-, y otros a la organización del inicio del curso -equipos directivos, claustro de profesores, alumnos, familias, ...-.
Así estamos -aunque los hay que aún no tienen claro a qué curso están asignados, tanto profesores como alumnos- y, mirar la viñeta que he recibido en mi correo:



¿Es la realidad de todos los niveles educativos de enseñanza obligatoria?¿De Infantil o de Primaria?¿O tal vez de la ESO? Creo que se da ya en todos los niveles, pero... ¿se da en todos, digo TODOS, los centros educativos?¿En los públicos y en los semi-públicos (concertados o similares) o en los privados? Pues, según podíamos leer recientemente en el diario EL FARO [Murcia, edición de 01 de septiembre de 2009], a partir de información aportada por el diputado regional socialista, Jesús López, un alto porcentaje de los alumnos de otras nacionalidades están escolarizados en los centros públicos, los que todos sostenemos, además de que se iban a dar situaciones en que la ratio profesor/alumno sobrepasarían los 25 estudiantes por aula en numerosos centros.

Así empezamos el curso, junto con los comentarios de la "restitución de respeto y poder" a la figura del docente que la Comunidad Autónoma de Madrid, pretende llevar adelante... a ver si se contagian el resto de comunidades, tanto las azules como las "colorás" y presionan al Ministerio de Educación para que sea a nivel nacional y no sólo regional.

viernes, 26 de junio de 2009

Para entender algo más del autismo

Supongo que los especialistas ya habrán visto el siguiente corto , pero para cualquier educador o persona que desconozca -yo mismo- cómo son o se comportan las personas autistas nos va a venir muy bien.
Yo me he emocionado viéndolo y lo quiero compartir contigo. Su autor, Frédéric Philibert es padre de un niño autista, Noé, y su hermana Coline, ambos "protagonistas" del corto.

Sólo me queda decir que no se os ocurra NO verlo.

domingo, 14 de junio de 2009

¿Acabaremos hablando así?

Aunque parezca broma, como no pongamos remedio´, ¿acabaremos hablando así? Todo esto es debido a la gran afición que tiene la juventud -y no tan jóvenes- a enviar mensajes de teléfono móvil (se abrevia por la limitación de caracteres que ofrece) o a conectarse a charlar a través de mensajería instantánea, como el Messenger.

Para evitar l0 anterior, yo también me uno a lo que proponen en el blog "Eres lo que escribes, eres como escribes":


domingo, 19 de abril de 2009

EDUCACIÓN hoy en España: ¿ENSEÑANZA o APARCAMIENTOS DE HIJOS?

Aprovecho para editar este artículo hoy domingo 19 de abril, porque aún hay regiones en las que "colean" las vacaciones de Semana Santa, en la educación. Así, mañana lunes inician sus clases todos los alumnos de la capital de la región de Murcia, desde el pasado viernes de Dolores (3 de abril) y lo harán el martes todos los de la Comunidad Valenciana, pues mañana celebran el 2º lunes de Pascua o de San Vicente [estos tuvieron clase hasta el martes 7 de abril].
Demasiadas vacaciones
- 175 días de clase mal repartidos
- Un calendario escolar imposible para padres trabajadores y dudoso para el aprendizaje está en cuestión
- Artículo de J. A. AUNIÓN / S. TOBARRA publicado en El País el 05/02/2009


La decisión de Andalucía y Cataluña de adelantar unos días el inicio de curso de sus escolares (más de un tercio de los de toda España) ha vuelto a abrir el debate sobre el calendario de clases, la jornada escolar y unas vacaciones muy concentradas en el verano, de aproximadamente tres meses, que muchos consideran demasiado largas.
En Europa el inicio de curso se puede dividir en tres grandes grupos: los que empiezan en agosto (como Finlandia, Escocia, Noruega u Holanda), los que lo hacen a primeros de septiembre (Francia, Inglaterra o Irlanda) y los más tardíos, hacia mediados de septiembre, entre los que están España, Portugal, Grecia o Italia. En general, los dos primeros tienen más repartidas las vacaciones, y el último, ese larguísimo descanso veraniego. En España el debate sobre el calendario escolar, fruto de la tradición y la climatología (el calor que hace en verano), ha dado lugar a distintos calendarios en las comunidades autónomas, sobre todo con el inicio de curso. En primaria, la mayoría de las autonomías comnienzan ya en la segunda semana de septiembre, sin embargo, en secundaria, más del 80% de los alumnos empiezan más allá del día 15. Pero las cosas nunca llegan a resolverse del todo. Por un lado, los padres empujan a la Administración para que adelante el inicio de curso, asegurando que es mejor espaciar las vacaciones, entre otras cosas, para facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral, además de mejorar el rendimiento de los chicos. Por otro lado, los profesores insisten en que las primeras semanas de septiembre se utilizan para preparar el nuevo año escolar, y en ese tiempo se hacen los exámenes de recuperación. Y, por último, los expertos señalan algunas reglas pedagógicas muy básicas. Por ejemplo: "Mientras no se demuestre lo contrario, más tiempo de clase es mejor", sentencia el catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca Mariano Fernández Enguita. "Está demostrado que los resultados de los alumnos se van igualando durante el curso", es decir, que la escuela va acercando a los peores alumnos a los mejores, "y eso se pierde durante el verano", añade Enguita.
Además, los especialistas reclaman un debate profundo sobre los tiempos escolares, pero con las cartas de cada uno puestas boca arriba encima de la mesa: con los argumentos pedagógicos, pero si además hay que tener en cuenta la conciliación, y los profesores no quieren ver empeorar sus condiciones de trabajo, que se diga claramente para tomar las decisiones que hagan falta, reclama el profesor de Pedagogía Social de la Universidad de Santiago, José Antonio Caride. "No vamos a permitir que vuelvan a poner a la sociedad en contra de los profesores con una medida demagógica, de adelantar apenas unos días, que no va a ningún lado", afirma rotundamente el responsable del sindicato FETE-UGT, Carlos López Cortiñas, que también, como los padres de alumnos, se muestra abierto a esa discusión más profunda. "Estamos dispuestos a debatir, pero no sólo esa medida aislada; tendríamos que sentarnos a discutir sobre todo el tiempo escolar, sobre la jornada [continua o de mañana y tarde], sobre una redistribución más lógica de las vacaciones y del tiempo en los centros, separando las horas de clase de la apertura del colegio para atender a los alumnos", añade Cortiñas. Así, los sindicatos andaluces se manifestaron el pasado 28 de enero contra la propuesta de adelantar el inicio de curso en primaria hasta el 7 septiembre. En la ESO se quedaría en el día 15, como este año, y en bachillerato y FP se adelantaría también hasta ese día (este año no empezaron hasta el 22). Los sindicatos del sector CC OO, UGT, ANPE, CSIF y SADI elaboraron un comunicado conjunto en el que fundamentaban su rechazo en esos problemas que se generarán en la planificación de cada curso. Tanto el presidente de la confederación laica de padres de alumnos (Ceapa), Pedro Rascón, como el profesor Fernández Enguita insisten en que en unos pocos días se puede preparar todo eso. En cualquier caso, el Gobierno andaluz ha reculado y ahora propone empezar en primaria el día 10. Los sindicatos responden hoy si lo aceptan. Si se trata sólo de conciliación, dicen, que los colegios estén abiertos todo el año, pero con una estructura paralela a la docente. En Cataluña, la propuesta de adelantar el curso una semana el próximo año viene acompañada de los otros puntos cruciales de este debate: las vacaciones y la jornada lectiva (mientras algunos profesores prefieren la continua, los padres, la partida, de mañana y tarde). Así, se propone que en junio no haya jornada intensiva como hacen algunos centros, y que los días que se ganen al empezar antes se utilicen como vacaciones de dos semanas, a elegir en febrero: del 8 al 12 o del 15 al 19. Una especie de semana blanca que ya utilizan algunos centros, pero que en muchas comunidades se eliminó por la presión de unos padres que no sabían qué hacer con los chavales durante ese tiempo. Sin embargo, los alumnos catalanes tendrán la opción de hacer actividades extraescolares en ese periodo. El consejero catalán de Educación, Ernest Maragall, dijo ayer que habrá ofertas alternativas, como ocurre ahora, para los periodos no lectivos, que se concertarán con entidades y Ayuntamientos. El presidente de Ceapa, Pedro Rascón, insiste en que vacaciones más cortas serían más manejables para los padres trabajadores. Arancha, abogada, madre de dos niños de seis y nueve años, explica que el julio y agosto se apaña apuntando a los chavales a campamentos, pero admite que cuando llega septiembre ha de recurrir a los abuelos o a los días de vacaciones que se guarde su marido, funcionario, para la ocasión. Entre otras cosas, admite, porque dos meses de campamentos ya son bastante dispendio. Pero más allá de la conciliación, Rascón reclama como los demás ese gran debate educativo y social: "Lo que llevamos mucho tiempo pidiendo es que nos sentemos a hablar sobre el tiempo escolar, sobre el inicio de curso, pero también sobre los periodos de vacaciones, y los 175 días de clase marcados en la ley como un mínimo, pero que las comunidades se han tomado como un máximo". Una discusión que en Cataluña ha resultado en varias propuestas, todas más radicales que la que finalmente ha presentado la Generalitat. Una es la de arrancar el curso el 1 de septiembre, considerado un cambio muy drástico y, además, que obligaría a los docentes a empezar a finales de agosto, cuando ahora se incorporan ese primer día de septiembre. Ahora bien, se ganarían dos semanas, que podrían ser utilizadas para hacer dos paradas escolares en noviembre y en febrero, recalca el informe encargado al grupo de expertos, entre los que hay profesores, sindicalistas y familias, y representantes de la Administración catalana. Otra alternativa es adelantar el inicio de curso y acabar más tarde, el 30 de junio. Pero el informe encargado por la Generalitat la considera poco viable en la práctica debido a las condiciones climáticas, es decir, excesivo calor, al final de junio. "Quizá haya que pensar que es difícil mantener todo el horario en la última semana de curso. Hay centros que no tienen aire acondicionado en clase y no tienen cortinas", dice Antoni Arasanz, presidente de la asociación de madres y madres de Alumnos Fapel. El profesor de la Universidad de Santiago José Antonio Caride no tiene ningún problema en bajar al detalle -cree que las vacaciones veraniegas son muy largas y que podría estar bien empezar antes las clases-, pero intenta evitar que se reduzca el debate al primer día de cole o si la jornada debe ser continua o de mañana y tarde. Quiere que trascienda, incluso, las paredes de la escuela. "Todos los tiempos han cambiado, los de los comercios, los laborales; vivimos en una sociedad abierta las 24 horas". Caride habla de soluciones complejas, de centros escolares que no cierran, pero que no están llevados sólo por profesores (más trabajadores sociales, actividades culturales y deportivas, algo que también mencionaban los responsables de FETE-UGT y de Ceapa). El profesor de Pedagogía también habla de tiempos flexibles que rompan la clase decimonónica de una hora o tres cuartos de una sola materia. De soluciones distintas y especialmente pensadas para áreas rurales y zonas urbanas desfavorecidas, donde si se trata de sustituir el tiempo de clase por actividades complementarias (música, idiomas, etcétera) el resultado es una mayor desventaja para esos chavales, ya que el tiempo que no están en el aula termina siendo ocio sin más. "Si sumamos todas las horas de clase de la educación obligatoria, de los 6 a los 16 años, resulta que el alumno de un colegio privado ha estudiado un año más que uno de la pública", asegura Fernández Enguita, ya que los privados ya empiezan antes el curso y engordan su jornada. En los setenta y ochenta, había 210 días obligatorios de clase. Ahora son unos 175, añade. Rafael Feito, de la Universidad Complutense, se queja de que a veces se hagan pasar reivindicaciones laborales por razones pedagógicas, como ocurre cuando se dice que es mejor para los alumnos la jornada continua, cuando los estudios que se han hecho al respecto dicen lo contrario, asegura. Las reivindicaciones de mejoras laborales son muy legítimas, y el afán de mantener las que ya se han conseguido, también. Por eso todos insisten (padres, profesores, expertos) en la llegada de más docentes y de más profesionales aparte de éstos si se quieren mantener los colegios abiertos más tiempo. Eso requiere, por supuesto, que las Administraciones dediquen más dinero a la educación. Y, quizá, admite Caride, el miedo de los profesores puede ser que se quiera hacer todo eso sin los medios suficientes y volver a cargarlo todo sobre las condiciones de los docentes. Problemas hay muchos, y Caride asume que las soluciones no se alcanzarán de un día para otro, y "que nunca se encontrará un calendario escolar al gusto de todos". Y precisamente por eso insiste en que las decisiones deben contar con el mayor consenso posible..."
Así en la Región de Murcia empezó el 'cole' este año para Primaria el día 10 de septiembre y para Secundaria el día 16 de septiembre, en la Comunidad Valenciana, fueron para Primaria el día 8 y para Secundaria el día 15.
El artículo completo en la siguiente dirección:

miércoles, 11 de marzo de 2009

Lecciones aprendidas o cómo queda el Bachillerato

Sigo aportando artículos relacionados con la educación en España. Hoy, miércoles 11 de marzo, ElPais.com, ha publicado un artículo a propósito de la publicación de la resolución del Tribunal Supremo que anula la nueva posibilidad que el Ministerio de Educación había diseñado para Bachillerato.
Esta rectificación consistía en que algunos alumnos estudiaran una especie de curso puente o intermedio entre 1º y 2º. Esto es, los chavales que suspendieran tres o cuatro asignaturas en 1º podrían repetir sólo las cateadas y completar el año escolar estudiando dos o tres materias de 2º. La medida, que hubiera entrado en vigor el próximo curso, pretendía luchar contra el abandono escolar en el Bachillerato, que, dividido en esos dos cursos (17 y 18 años), es el paso siguiente a la educación obligatoria y previo a la universidad o a la formación profesional de grado superior.

En esta ocasión, José Moya Otero (Profesor de Medios y Diagnóstico en Educación de la Universidad de Las Palmas) analiza las posibles "lecciones aprendidas", derivadas de esa resolución y cómo afectan o afectarán al sistema educativo español.


"LECCIONES APRENDIDAS

La resolución del Tribunal Supremo deja unos claros perdedores: los estudiantes y sus familias. El artículo del real decreto recurrido por la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza otorgaba a los estudiantes que tuviesen suspendidas tres o cuatro materias, y/o a sus familias, la posibilidad de optar por repetir el curso en su totalidad o por matricularse de las materias de primero con evaluación negativa y ampliar con dos o tres materias de 2º. Resulta evidente que la cuestión afecta en un sentido muy claro a la libertad de elección tanto, al menos, como a la libertad de las Administraciones públicas para desarrollar reglamentariamente las normas de rango superior. En ambos sentidos quisiera orientar las lecciones aprendidas.


Lección 1: El Ministerio de Educación (... y otros representantes de Administraciones públicas ...) parecían confiados en que un desarrollo reglamentario permitiría otorgar una flexibilidad a la estructura definida por la Ley Orgánica de Educación, pero es evidente que se han equivocado(...)

Lección 2: La entidad recurrente, que en numerosas ocasiones ha defendido el principio de la libertad de enseñanza como garantía de respeto al proyecto educativo de los centros, se opone a reconocer a los estudiantes y sus familias el derecho a decidir entre promocionar o repetir. (...) La opcionalidad que introducía el real decreto suponía, entre otras cosas, un ahorro considerable en los costes de matrícula para muchas familias, y facilitaba la continuidad de los estudiantes en la etapa educativa. Pero ahora, tras la sentencia, los repetidores tendrán que matricularse de cursos completos.

Lección 3: El fallo del Supremo no prejuzga las ventajas que pueda tener para el bachillerato una mayor flexibilidad..."

El artículo completo lo puedes leer aquí:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Lecciones/aprendidas/elpepisoc/20090311elpepisoc_3/Tes

viernes, 27 de febrero de 2009

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA


A continuación transcribo este artículo publicado en http://www.elpais.com/ en la edición de hoy viernes 27 de febrero).

El artículo, firmado por J.A. Aunión, me ha parecido muy interesante y adecuado porque la situación en las aulas y en la sociedad actualmente nos hace pensar en si la moral es asunto público o no lo es.

"La moral sí es asunto público


La necesidad de educar en valores cívicos es ya un consenso internacional ratificado por el Supremo - Pero fijar el límite entre el denominador común y los temas opinables es mucho más difícil .

Hace algo más de dos años, los adolescentes de un instituto londinense recibieron al entonces primer ministro Tony Blair con abucheos; le increparon y gritaron contra la guerra de Irak, en la que Reino Unido se había embarcado junto a EE UU. Al parecer, un docente ayudó a organizar la protesta. ¿Hicieron bien esos chavales? ¿Estaban siendo buenos ciudadanos al protestar por algo que creían injusto, o antisociales por boicotear la visita, nada menos, que del primer ministro?

Distintos estamentos internacionales, como el Consejo de Europa o la Unesco, han transmitido desde los años noventa del siglo pasado la necesidad de educar en valores ciudadanos. Se introducía entonces con fuerza el concepto de ciudadanía al clásico debate de la transmisión de valores en la escuela.

El diagnóstico más extendido reclama una reacción al "déficit cívico", al desconocimiento por parte de los jóvenes de información básica para desenvolverse como ciudadanos, al desapego por la vida política, y al olvido de los valores necesarios para desarrollar una ciudadanía democrática, según lo describen en un trabajo los expertos Yvonne Hébert, de la Universidad de Calgary, y Alan Sears, de la New Brunswick (Canadá). Pero en ese camino que han emprendido la mayoría de los países desarrollados se han planteado unas dudas parecidas a las que han surgido en España acerca de una asignatura, la de Ciudadanía, que transmite valores morales y principios básicos de la vida en una sociedad democrática, aunque probablemente no con la enorme politización -en su sentido más partidista- y enquistamiento que ha marcado el debate español. Es decir, el consenso general es que hay que enseñar a los jóvenes a ser ciudadanos evitando el peligro de adoctrinamiento, y sobre unas bases, cuyos límites se dibujan muchas veces difusos, de unos mínimos compartidos por todos.

De hecho, Mike Baker, corresponsal educativo de la BBC, recordaba el incidente del instituto londinense con Tony Blair a raíz de un estudio que decía que en un cuarto de los institutos ingleses, cuatro años después de introducir la asignatura de Ciudadanía en 2002, no se estaba enseñando bien la materia: porque no se le daba importancia o porque los profesores no tenían muy claro en qué consiste esa ciudadanía que se ha de transmitir.

Lo cierto es que cuando se habla de ciudadanía, se pueden estar diciendo muchas cosas. "Cada país tiene su propia historia. Por ejemplo, el tema de la patria y la pertenencia nacional no genera ningún problema en Inglaterra o EE UU, pero en España, sí. Sin embargo, es un país moderno, abierto y democrático, donde esos mínimos comunes se basan en el diálogo como medio de resolver conflictos y el respeto a la diferencia", asegura Miguel Martínez, catedrático de Teoría de la Educación de la Universidad de Barcelona, que trabaja el tema de la educación en valores desde finales de los ochenta.


Ya desde la responsabilidad de la educación en la promoción de esos valores, hay diferentes orientaciones. Por ejemplo, si Finlandia habla del "desarrollo de los alumnos como seres humanos solidarios y miembros éticos y responsables de la sociedad", en Islandia se pide que "la tolerancia, la ética cristiana y la cooperación democrática" presidan la actividad educativa, o en Noruega (un país donde no existe separación entre iglesia y Estado) dicen que "los centros, en colaboración y de acuerdo con las familias, tratarán de dar a los alumnos una educación cristiana y moral", según el último estudio comparativo de la Comisión Europea sobre la materia, de 2005.
Esas diferencias se hacen patentes, por supuesto en los contenidos: en Alemania, los objetivos correspondientes a la categoría cultura política tienen una mayor presencia, que los relativos a la participación activa y al desarrollo de los valores y actitudes. En Finlandia, ocurre lo contrario y se da más peso a la participación, actitudes y valores que al desarrollo de la cultura política. El trabajo de la UE ordena los contenidos en tres categorías de objetivos: desarrollo de la cultura política; de una participación activa, responsable y crítica, en la vida pública; y actitudes y valores para convertirse en ciudadanos responsables.

La última es la más controvertida, y la que más enlaza con el viejo debate de la enseñanza de valores en la escuela. Uno de los puntos principales del debate en España a cuenta de la asignatura de Ciudadanía aparece en el real decreto que desarrolla sus contenidos en secundaria, cuando habla de contribuir a "la construcción de una conciencia moral cívica".

Mucho se ha debatido en España sobre la moral pública y la moral privada. Sobre si la moral pertenece sólo al ámbito individual y, por lo tanto, es competencia de la familia, que tiene, como mínimo, que aprobar las enseñanzas morales que recibe su hijo (por ejemplo, aceptar conscientemente los que ofrece un centro católico). O si, por el contrario, la moral pública, esos valores mínimos comunes son iguales para todos y, por lo tanto, se deben enseñar a todos los alumnos en todas las escuelas. La pelea ha llegado a tal punto (con padres, apoyados por obispos y el PP, boicoteando la asignatura de Ciudadanía por "adoctrinar" e "imponer" unos valores usurpándoles su cometido familiar) que ha tenido que dirimir el Tribunal Supremo, diciendo que la materia no adoctrina y que no se puede objetar.

David Kerr, de la Fundación británica para la investigación educativa y director de varios estudios internacionales sobre ciudadanía, señala la "excepción" del debate español, "por su cultura, historia, organización política (las comunidades autónomas) y el poderoso papel de la Iglesia católica". Él más bien señala otros problemas recurrentes, como el nacionalismo que pretende "confirmar unos valores históricos y culturales sobre otros, discriminando minorías y nuevos ciudadanos de otras regiones. Ha habido tensiones en algunas ex repúblicas soviéticas u Holanda, donde los partidos de extrema derecha han reclamado la enseñanza de una versión particular de la historia".

Kerr considera que el debate moral está superado en la mayoría de los países: "Es falso decir que la moral es sólo una cuestión familiar, privada. La moral abarca todos los aspectos de nuestra vida". Lo cual no quiere decir que no haya dudas sobre la enseñanza de valores. "¿Tiene Ciudadanía que expresar valores explícitos o neutrales? ¿Puede enseñar valores explícitos y promover sólo los ampliamente aceptados por la sociedad? ¿O debe tomar una posición objetiva con los principios y los temas controvertidos, dejando la decisión a cada individuo?". Kerr se hacía esas preguntas hace 10 años (nada menos), en un trabajo en el que repasaba cómo se transmiten los valores ciudadanos en 16 países del mundo.

El Tribunal Supremo español se ha decidido hace unos días por una mezcla de las respuestas posibles a lo que planteaba Kerr. Ha dicho: hay un mínimo "moral común", igual para todos los ciudadanos en un Estado de derecho, que emana de los derechos fundamentales y que los poderes públicos están obligados a enseñar, transmitir y promover a través de la educación. Pero cuando lleguen los temas socialmente controvertidos se reclama la neutralidad, para mostrar, dejar las posibilidades encima de la mesa, y que cada uno decida.

David Keer hacía, en su trabajo de 1999, tres grupos de países según la legislación de sus enseñanzas de Ciudadanía. Primero, aquellos cuya legislación educativa expresa en detalle los principios que hay que transmitir, como Japón, Corea o Suecia. Luego, los que hacen una referencia mínima a los valores en la legislación, como Canadá o Estados Unidos. Y por último, los que los expresan en términos generales y dejan las concreciones a los niveles siguientes, como Australia, Nueva Zelanda, Italia o España.
El sistema educativo español, desde hace casi dos décadas, tiene incluidos unos valores muy parecidos a los que se enseñan en Ciudadanía, sólo que se tenían que ofrecer repartidos entre el resto de materias. Ahora, por supuesto, la concreción es mucho mayor, pero sigue siendo bastante general y lo suficientemente abierta para que, no ya cada comunidad autónoma, sino cada centro educativo y cada profesor pueda hacer sus propias interpretaciones (empezando por los centros católicos, que han adaptado, con el visto bueno del Gobierno, esta enseñanza a su ideario). En cualquier caso, es en ese nivel de la interpretación (de colegios, profesores y libros de texto) dónde ha colocado el Supremo el cartel de aviso: ¡Cuidado con no caer en el adoctrinamiento!

Pero lo mismo puede ocurrir con las asignaturas de Historia, al explicar el Holocausto, los 400 años de la España árabe o la revolución bolchevique; o en Filosofía, al enseñar a autores controvertidos, como Nietzsche, por poner un ejemplo. Así lo recalca Miguel Martínez, catedrático de Teoría de la Educación de la Universidad de Barcelona. Alejandro Tiana, como secretario general de Educación en la anterior legislatura, fue uno de los principales artífices de la ley que incluye la nueva asignatura de Ciudadanía. Tiana admite que, por su propia naturaleza, los límites de qué y cómo enseñarlo "no están totalmente claros, pero también pasa en Filosofía", insiste. Y también habla de la dificultad para el sistema de controlar esos límites en cada escuela, en cada profesor, aunque el principio debe ser el de la neutralidad. "Desde luego, la vía de abstenerse no es la solución, porque aunque no los trates en la escuela, esos temas conflictivos están ahí, en la sociedad", dice Tiana. Opinión contraria tiene Manuel de Castro, secretario general de FERE-CECA (patronal mayoritaria de los colegios católicos) que cree que esas cuestiones debieran haber quedado fuera del currículo. De Castro no duda del papel de la escuela como transmisora de principios, pero diferencia "entre los valores éticos que afectan a la convivencia" y "los que afectan sólo a la persona", y, según él, sólo los primeros deberían haber entrado en la asignatura, dejando fuera cuestiones como la afectividad o las uniones de pareja (por el matrimonio homosexual).

El Gobierno ha insistido por activa y por pasiva en la profesionalidad y el sentido común de los docentes. Pero volvemos a la pregunta inicial: ¿Estaban siendo esos alumnos londinenses ciudadanos ejemplares al abuchear a Blair o adolescentes inciviles? Y hay muchas más. "¿Son los anarquistas buenos ciudadanos? ¿Y los que defienden la libertad sexual o, por el contrario, se oponen a la utilización de preservativos?". Estas últimas preguntas las plantea el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos y catedrático de Psicología de la Educación, Álvaro Marchesi, en su libro titulado Sobre el bienestar de los alumnos. Competencias, emociones y valores. "Es difícil para los profesores plantear una educación para la ciudadanía de forma crítica, pero es necesario", escribe Marchesi.

El responsable de los colegios católicos Manuel de Castro señala lo peliagudo de una enseñanza totalmente objetiva: "La neutralidad es muy complicada", dice. Éste es otro viejo debate, sobre el que escribía ya en 1995 el profesor Jaume Trilla. "Ante el recurrente problema de la neutralidad del profesor frente a las cuestiones socialmente controvertidas", Trilla llegaba a la misma conclusión que el Supremo ahora: depende.

Si se repasan los contenidos de ciudadanía en los países europeos, volviendo al trabajo de la Comisión de 2005, en todos se hallan valores comunes, como, "la democracia, la dignidad humana, la libertad, el respeto por los derechos humanos, la tolerancia, la igualdad, el respeto a la ley, la justicia social, la solidaridad, la responsabilidad, la lealtad, la cooperación, la participación y el desarrollo espiritual, moral, cultural, mental y físico. Aunque los países conceden mayor o menor importancia a uno o a varios de estos principios, en general, se está de acuerdo en que todos ellos son esenciales para entender el concepto de ciudadanía responsable y el modo de llevarla a la práctica", dice el texto.

Una vez más, valores generales, que necesitan de concreciones en las clases. Y en éstas siempre habrá puntos de fricción, admiten los expertos. "La clave es ver la educación para la ciudadanía como algo que incumbe a toda la sociedad. Esto incluye a políticos e iglesias. Debe ser una cuestión política, no una cuestión de política partidista", reclama el investigador británico David Kerr."



Complementando lo que indica el artículo, aparece a pie de página otro sobre cómo hemos pasado de la transversalidad, en la que antes se incluía la ciudadanía en todas las asignaturas, a olvidar que la transmisión de valores la tenemos que recibir en la familia, de los políticos o de los medios de educación, y no solamente del entorno escolar:

"El problema olvidado

Un problema del que no se suele hablar es precisamente el que más preocupa al catedrático de Teoría de la Educación de la Universidad de Barcelona Miguel Martínez. Se trata de que al incluir Ciudadanía en una materia independiente (al igual que otra veintena de países europeos), se olvide que esos valores deben estar presentes en todas las asignaturas y en toda la vida escolar, algo con lo que está totalmente de acuerdo Manuel de Castro, de la patronal de colegios católicos FERE-CECA. Mucho se discutió si esos contenidos transversales que ya existían de derechos humanos y valores ciudadanos (supuestamente repartidos entre las otras materias y las tutorías) debían convertirse en una materia, que sería, a lo peor, una maría.

Como contraejemplo, el fracaso de los contenidos transversales ejemplificado con la educación sexual. Al arbitrio y buena voluntad de cada centro, en la práctica está completamente olvidado en buena parte de ellos.

Martínez cree que cuanta más educación en valores, mejor, y que muchos centros llevan años haciéndolo bien. Pero advierte contra la creencia de que la educación puede solucionar todos los problemas de un día para otro. "Los principales transmisores de los valores son los adultos, la familia, los políticos y los medios de comunicación".


Si quieres participar de la encuesta que está llevando a cabo www.elpais.com sobre este tema, te adjunto el enlace para que lo hagas o bien dejes un comentario, como te apetezca: